Praxias articulatorias

Es muy frecuente asociar el tratamiento logopédico a la realización de una serie de movimientos de la boca y/o lengua denominados “praxias”. Cabe señalar que muchos profesionales del área (logopedas, fonoaudiólogos, etc) incluyen estos ejercicios en sus programas de tratamiento, pero cada vez hay mas controversia de que estas actividades carecen de efectividad para rehabilitar las alteraciones del habla. Antes de comenzar, sería interesante definir estas actividades y determinar cuál puede su principal función.

En la literatura clínica las “praxias articulatorias” también pueden aparecer bajo términos como “praxias orofaciales”, “praxias bucofonatorias” y/o “praxias linguales”. Pero, ¿Qué son estas praxias y por qué se utilizan?

La palabra “praxia” se refiere a la ejecución de un movimiento concreto o una secuencia de movimientos organizados y automatizados para lograr un fin. A nivel cerebral estas acciones se realizan bajo una programación sincrónica en áreas corticales que están relacionadas con las motoras o sensitivas, pero no se encuentran dentro de las mismas.

Con esta definición podemos suponer que a la hora de hablar también realizamos una serie de movimientos sincronizados y organizados o “praxias” que fueron aprendidos en su momento y que estos movimientos son los que generan los sonidos del habla. Entonces, si de por cualquier circunstancia, una persona presenta una alteración en el habla, el logopeda le mandará hacer “praxias fonoarticulatorias” y el problema se soluciona. Lamentablemente, esto no es así.

Se ha demostrado que casi todos los movimientos orofaciales no verbales no tienen un fin como tal, es decir “el hecho de poder tocarse la punta de la nariz con la lengua no nos va a aportar nada para nuestra vida o salud”. Tampoco son similares a los movimientos que necesitamos realizar para producir una palabra ni se acompañan de sonidos si los hacemos de forma aislada.
En resumen, los movimientos orofaciales no verbales son diferentes a los verbales. Estos últimos si que tienen un fin, que es la producción del habla y la comunicación.

¿Qué es el habla?

El habla es un medio de comunicación oral compuesto por varios elementos como la articulación, la fluidez y la voz. Se trata de una función que requiere de la presencia e interrelación de otras funciones que se pueden ver a continuación:

Una vez vistos todos los procesos implicados en el proceso del habla podemos determinar que la parte motora es una más, pero no la principal. Por lo que a la hora de rehabilitar o estimular el habla hay que trabajar sobre todas ellas y no quedarnos con la “realización de ejercicios de la lengua frente al espejo”.

Entonces, ¿por qué hasta ahora las praxias eran efectivas y ahora ya no?

En realidad, la realización de las praxias de forma aislada no nos va a portar nada ya que no generan una retroalimentación auditiva en el cerebro. Sin embargo, se puede observar la efectividad de estas actividades si esos movimientos los incluimos dentro de un contexto lingüístico (una palabra, una frase) y añadimos componentes cognitivos (atención, memoria), emocionales y sensoriales.

Muchos profesionales utilizan las praxias porque se han utilizado desde siempre y porque es un programa terapéutico fácil de aplicar a casi todos los pacientes. Obviamente estos profesionales se basan en una evidencia científica, algo anticuada, pero adecuada para ellos. Algunos de los investigadores del área justifican la eficacia de las praxias de forma muy convincente, lógica, pero poco cierta:

  • El habla es un acto puramente motor y requiere de una propiocepción de órganos orofaciales y un adecuado tono muscular. Hemos visto que el habla requiere de la interacción de muchas más funciones y que la parte motora es una de ellas, pero no es la principal.
  • Para mejorar el habla hay que trabajar funciones como masticación, respiración, deglución y succión. Estas funciones son muy importantes pero no tienen una relación directa con el habla y no se basan en la interacción de otras funciones como por ejemplo la retroalimentación auditiva a nivel cerebral.

Conclusión:

El habla es una función muy compleja que requiere de la interacción de múltiples procesos que se han visto a lo largo de este artículo informativo.

El habla no va a mejorar con la simple realización movimientos orofaciales (praxias) o con alguna actividad que solamente incida sobre la fuerza, tono y actividad muscular (masaje, electroterapia, termoterapia, etc). Las alteraciones del habla se podrán suplir con un programa de intervención completo, que abarque la implicación de todos los procesos que influyen en la función del habla y que principalmente se base en un contexto puramente lingüístico.

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